Vacuna

Que son las vacunas

Las vacunas son productos biológicos que se utilizan para prevenir enfermedades infecciosas. Están compuestas por una forma debilitada o inactivada de un microorganismo o por una parte del mismo, como una proteína o un fragmento de ADN. El objetivo principal de las vacunas es estimular el sistema inmunológico del cuerpo para que produzca una respuesta protectora contra el microorganismo causante de la enfermedad. De esta manera, cuando una persona vacunada entra en contacto con el microorganismo real, su sistema inmunológico está preparado para combatirlo y evitar que la enfermedad se desarrolle.

La vacunación han sido una de las herramientas más efectivas en la prevención de enfermedades a lo largo de la historia. Han contribuido a la erradicación de enfermedades mortales como la viruela y han reducido significativamente la incidencia de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la hepatitis B. Además, las vacunas también pueden ayudar a disminuir la gravedad de las enfermedades en aquellos que las contraen a pesar de estar vacunados. Esto se debe a que el sistema inmunológico ya ha sido entrenado para reconocer y combatir el microorganismo invasor.

Es importante destacar que las vacunas son seguras y efectivas. Antes de ser aprobadas para su uso, pasan por rigurosos ensayos clínicos y son sometidas a un proceso de evaluación por parte de las autoridades sanitarias. Estos estudios garantizan que las vacunas sean seguras y que cumplan con los estándares de calidad y eficacia requeridos. Además, estos productos biologicos son continuamente monitoreadas y actualizadas para adaptarse a los cambios en los microorganismos que causan enfermedades, asegurando así su efectividad a lo largo del tiempo. Solo en casos excepcionales (como la epidemia de Covid19) se aprueba de emergencia productos que han sido desarrolladas en poco tiempo, y aun así se hacen numerosos ensayos clínicos para constatar su seguridad.

Vacunas e Inmunización

Tipos de Vacunas

Existen diferentes tipos que se utilizan para prevenir enfermedades infecciosas para inmunizar contra toxinas. 

Vacuna inactivada: Contiene versiones muertas del agente infeccioso. Estas vacunas estimulan una respuesta inmunitaria en el cuerpo sin causar la enfermedad.

Vacuna atenuada: Contiene versiones vivas pero debilitadas del agente infeccioso. Estas vacunas también estimulan una respuesta inmunitaria, pero suelen proporcionar una inmunidad más duradera.

Vacuna de subunidades: Contiene solo una parte del agente infeccioso, como una proteína específica. Estas vacunas son seguras y efectivas, pero pueden requerir dosis de refuerzo para mantener la inmunidad.

Vacuna de toxoides: Se utiliza para prevenir enfermedades causadas por toxinas producidas por bacterias. Estas vacunas contienen toxinas inactivadas que estimulan una respuesta inmunitaria contra las toxinas, en lugar del agente infeccioso en sí.

Vacunas conjugadas: Se utilizan para prevenir enfermedades bacterianas en bebés y niños pequeños. Estas vacunas combinan una parte del agente infeccioso con una proteína portadora para estimular una respuesta inmunitaria más fuerte en los niños pequeños, cuyo sistema inmunológico aún está en desarrollo.

Vacunas de ARN mensajero (ARNm): Son un tipo más reciente de vacuna que utiliza una pequeña porción del material genético del agente infeccioso. Estas vacunas enseñan a las células del cuerpo a producir una proteína específica del agente infeccioso, lo que estimula una respuesta inmunitaria.

Aunque los diferentes tipos funcionan de manera algo distinta, todas tienen el objetivo común de estimular una respuesta inmunitaria para proteger al organismo contra enfermedades infecciosas. Es importante destacar que cada tipo de vacuna tiene sus propias ventajas y consideraciones, y es necesario seguir las recomendaciones de los expertos en salud para determinar qué vacuna es la más adecuada en cada caso.

¿Cuáles son los beneficios y riesgos de las vacunas?

Entre sus beneficios más destacados se encuentra la capacidad de fortalecer el sistema inmunológico, permitiendo al organismo combatir de manera más efectiva los agentes infecciosos, de forma tal que contribuyen a reducir la propagación de enfermedades, ya que al inocular a una gran parte de la población se logra la inmunidad colectiva, protegiendo así a aquellos individuos que no pueden recibir la vacuna debido a su edad, estado de salud o contraindicaciones médicas.

La vacunación también ha demostrado ser altamente efectiva en la prevención de enfermedades graves y potencialmente mortales, como la poliomielitis, el sarampión, la hepatitis B y la influenza. Gracias a ellas, se han logrado erradicar enfermedades en diferentes partes del mundo, salvando millones de vidas.

Sin embargo, como cualquier intervención médica, también conllevan riesgos. Aunque son extremadamente raros, los efectos secundarios pueden incluir reacciones alérgicas, fiebre, dolor en el lugar de la inyección o malestar general. Es importante destacar que estos efectos secundarios suelen ser leves y transitorios, y en la mayoría de los casos los beneficios de la vacunación superan ampliamente los riesgos.

Otro aspecto importante a considerar es la posibilidad de eventos adversos más graves, aunque extremadamente raros. Algunas pueden tener asociados efectos secundarios más serios, como convulsiones, reacciones neurológicas o hematológicas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos eventos son excepcionales y que los beneficios de la vacunación siguen superando ampliamente los riesgos.

Vacunación

Mitos y la desinformación común sobre las vacunas

Uno de los mitos más comunes es que causan autismo. A pesar de que este mito ha sido ampliamente desacreditado por numerosos estudios científicos, todavía persiste en algunas comunidades. La idea de que contienen sustancias que pueden causar autismo es infundada y carece de evidencia científica sólida.  Actualmente, ser acepta que las vacunas son seguras y no están relacionadas con el desarrollo del autismo.

Otro mito común es que la vacunación es pueden causar enfermedades graves. Esto es incorrecto. Las vacunas están diseñadas para estimular el sistema inmunológico y ayudar a prevenir enfermedades. Si bien es posible experimentar efectos secundarios leves después de recibir una vacuna, como fiebre o enrojecimiento en el lugar de la inyección, estos son temporales y mucho menos graves que las enfermedades que las vacunas previenen. Es verdad que un grupo muy reducido de persona puede tener una reacción grave, pero los beneficios de la vacunación superan con creces los posibles riesgos.

La desinformación también puede llevar a creer que algunas vacunas no son necesarias porque las enfermedades que previenen ya no son un problema. Esto es un error. Aunque algunas enfermedades han disminuido en incidencia gracias a la vacunación, todavía existen brotes ocasionales y el riesgo de que vuelvan a propagarse si no se mantiene una alta tasa de vacunación. La inmunización es fundamental para proteger a las personas y prevenir la reaparición de enfermedades que pueden ser graves o incluso mortales.

Un mito más es que las vacunas contienen ingredientes dañinos o tóxicos. Esto es incorrecto. Cadea producto pasan por rigurosos procesos de investigación y regulación antes de ser aprobadas para su uso. Los ingredientes utilizados son seguros y se encuentran en cantidades muy pequeñas. Por ejemplo, el mercurio que se utilizaba como conservante ha sido eliminado o reducido a niveles seguros. Es importante confiar en la evidencia científica y en las autoridades de salud que respaldan la seguridad y eficacia de las vacunas.

Por último, es común escuchar que la vacunación es solo una estrategia de las compañías farmacéuticas para obtener ganancias. Si bien es cierto que las compañías farmacéuticas las producen, esto no significa que su objetivo principal sea el lucro. La vacunación es una herramienta esencial de salud pública que salva vidas y previene enfermedades. Las vacunas son desarrolladas y recomendadas por expertos en salud pública y están respaldadas por investigaciones científicas rigurosas. Su objetivo principal es proteger a la población y mejorar la salud global.

En resumen, es importante desmitificar la desinformación. Los mitos y la desinformación pueden poner en riesgo la salud pública al disminuir las tasas de inmunización. Es fundamental confiar en la evidencia científica y en las autoridades de salud para tomar decisiones informadas sobre la vacunación. Las vacunas son seguras, efectivas y juegan un papel crucial en la prevención de enfermedades y la protección de la salud de las personas.

Otros links de interés

Lo que debes saber sobre las vacunas

Que son las vacunas

Actualización en Vacunas

Vacunas infantiles

Compartir

Por Dr. Martin Lucena

Dr. Martín Lucena - Médico Especialista en radiodiagnóstico y Diagnóstico por Imágenes